
Este es uno de los jabones menos conocidos del mundo, sin embargo, es uno de los más beneficiosos, es útil para el rostro, el cabello, el acné y la psoriasis. Puedes prepararlo en caso o comprarlo en tiendas especializadas.
El propóleo es una sustancia muy nutritiva para el rostro y destaca por sus propiedades desinfectantes y antibióticas.
¿Qué es?
El propóleo es una sustancia que se genera en los árboles, las abejas entran en contacto con esta sustancia, la recolectan y en la colmena atraviesa una serie de reacciones y se convierte en una sustancia de protección para la colmena, evitando infecciones por hongos y bacterias. El jabón de propóleo contiene esta sustancia entre sus ingredientes, aportando beneficios notables.
El propóleo contiene, entre otras sustancias, flavonoides, unas moléculas antisépticas, también contiene bálsamos, ácidos grasos insaturados, cera de abeja, vitaminas antioxidantes y minerales. Esto lo convierte en un poderoso antibiótico que permite tratar la candidiasis.
[su_highlight background=»#fef85a»]También es un poderoso cicatrizante e hidratante, previene el envejecimiento gracias a su contenido en vitaminas B.[/su_highlight]
¿Para qué sirve?
El propóleo es conocido desde tiempos antiguos por sus propiedades desinfectantes y antibióticos. Era empleado para cicatrizar heridas, aliviar quemaduras y tratar la dermatitis. Hoy en día podemos aprovecharlo en forma de jabón, el cual tiene los siguientes beneficios:
Para el acné
Sus propiedades antibacterianas contribuyen a combatir las infecciones que provocan el acné. Además, regula el exceso de grasa en la piel y ayuda a limpiar los poros en profundidad, reduciendo los puntos negros.
Para la piel
No solo es un potente limpiador, sino que estimula la oxigenación de la piel, manteniendo la suavidad y elasticidad por mucho más tiempo.
Contiene sustancias purificantes y antioxidantes que reducen la acción negativa de los radicales libres. Cuenta además con sustancias antiinflamatorias ideales para reducir la irritación e inflamación de la piel.
Para afecciones de la piel
Contribuye a la cicatrización de la piel, estimulando la regeneración cutánea. Además, el jabón de propóleo se recomienda para todo tipo de pieles, secas, grasas o sensibles, siendo recomendado para aliviar la psoriasis y la dermatitis.
Puede ser utilizado para tratar:
- Manchas en la piel, especialmente las producidas por hongos.
- Enfermedades micóticas como la candidiasis o el pie de atleta.
- Alergias cutáneas.
- Limpiar forúnculos y tratar la foliculitis.
Cicatrizante
Al ser un regenerador de la piel es muy recomendado para acelerar la curación de heridas y arañazos.
Anti-bacteriano
Previene la proliferación de bacterias que causan enfermedades en la piel.
Antimicótico
Evita la aparición de hongos en la piel, siendo especialmente recetado cuando se padece de alguna enfermedad micótica.
Para la higiene intima
Es perfecto para ser utilizado como jabón íntimo, ya que previene infecciones de orina y por hongos. También es recomendable para complementar el tratamiento médico si ya padecemos de estas enfermedades.
Para el mal olor
Si sudas mucho y el olor a sudor es fuerte, puedes utilizar este jabón, ya que el mal olor es provocado por una acumulación de bacterias que el propóleo puede eliminar.
¿Cómo se utiliza?
Puede ser utilizado como un jabón común, pero para notar sus efectos con mayor intensidad, especialmente si se padece de una enfermedad, se recomienda lavar la zona afectada y dejar actuar durante 10 minutos antes de enjuagar.
¿Cómo hacer jabón de propóleo casero?
Los jabones caseros se obtienen a través del proceso de saponificación, que une los ácidos grasos de un aceite con la mezcla de sosa y agua. Durante este proceso, la lejía o sosa desaparecen por completo y nos queda un jabón con un pH adecuado para la piel. Es por eso que es importante no utilizarlos hasta que culminen los 40 días de saponificación.
Para preparar 1,2 Kg de jabón necesitarás:
- 75 gr de cera de abejas en perlas.
- 800 gr de aceite de oliva.
- 30 gr de aceite de jojoba.
- 106 gr de sosa caustica.
- 233 gr de agua desmineralizada.
- 40 gr de extracto de propoleo.
- Esencia de miel.
- Molde.
- Gafas, mascarilla y guantes.
Preparación:
Busca un lugar ventilado y fresco para preparar la mezcla de sosa y agua. No olvides llevar todos los implementos de seguridad para protegerte. Pesa todos los ingredientes por separado para hacer más sencilla su mezcla.
Funde la cera de abejas en una cacerola y añade los aceites removiendo lentamente.
Mezcla la sosa caustica con el agua, removiendo hasta que se disuelva. Hazlo en un lugar ventilado por que se emitirán gases. No salpiques, se generan altas temperaturas y te puedes quemar.
Vierte la sosa disuelta a una temperatura de entre 50 y 60 ºC sobre la cera y los aceites tibios. Mezcla con una batidora hasta lograr la consistencia deseada.
Incorpora el propóleo, la esencia de miel y remueve con una espátula. Luego, vierte sobre el molde. Deja secar por 48 horas, desmolda, corta en pastillas y envuélvelos en papel film. Deja que saponifiquen durante 40 días.
Contraindicaciones
- Ten presente que este jabón contiene propóleo, una sustancia elaborada por las abejas y que puede provocar reacciones alérgicas, si nunca lo has utilizado, prueba un poco del jabón aplicándolo en la parte interna de tu muñeca.
- Las personas que son alérgicas a los productos de las abejas, deben de evitar utilizar este jabón.
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